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Contenido de este blog: Grupos de Autoayuda Gratuitos, Carrera Psicología Social Comunitaria, Direccionario de ayuda social, abordaje, artículos,
juegos de ingenio, experiencias y testimonios interesantes, graciosos o reflexivos sobre la psicología social actual.
Tratado: Las emociones se generan por nuestra forma de pensar, interpretas y valorar los hechos, no por los acontecimientos que vivimos. Si aprendemos a educar nuestro sistema de pensamientos, lograremos tomar mejores decisiones. Este es el desafío a enfrentar, y es una responsabilidad personal.
domingo, 30 de agosto de 2009
APERTURA MENTAL
Nuestro grado de apertura mental depende de muchos factores.
Podemos definir la apertura mental como la disposición personal a aceptar ideas (propias o ajenas) de una manera flexible, lo que implica, en cierta medida, aceptar que hay opiniones y puntos de vista diferentes y que no por eso, son “correctos” o “incorrectos”.
Nuestra predisposición a aceptar ideas y opiniones diferentes, es decir nuestro grado de apertura mental, está vinculado a nuestros valores personales, nuestras tradiciones y costumbres familiares, nuestras pautas culturales y nuestras decisiones personales.
Así, una persona que haya crecido en un ambiente o entorno más estricto o conservador, quizás no esté de acuerdo con ideas más liberales, o quizás no esté de acuerdo con la estructura dentro de la cuál se crió.
Las personas tenemos diferentes experiencias de vida, nacemos y nos criamos en diferentes culturas, somos educados de diferentes maneras y no siempre compartimos las mismas opiniones.
Cuando estamos frente a una situación en la que no nos sentimos cómodos, es posible que nuestro grado de apertura mental se vea afectado por nuestros valores personales. El hecho de que nuestra apertura mental no sea “absoluta” y esté “limitada” no es algo "malo" o “bueno”. Es algo real, que sucede de manera inconsciente y espontánea. Lo importante es darnos cuenta en qué medida se ve afectada nuestra apertura mental.
Por ejemplo, si yo soy una persona que crecí en una familia que no veía el “juego” con buenos ojos., es muy posible que yo no sea muy tolerante con personas que tengan una afición al juego (por ejemplo: jugar a las cartas apostando dinero). Si soy una persona que crecí en una sociedad dónde se considera una falta de respeto saludar a alguien estrechando su mano, Quizás evite todo tipo de contacto físico con otras personas porque, según mis pautas culturales, eso no es respetuoso.
Al considerar el grado de apertura mental a través del cuál juzgamos a los demás, o incluso, emitimos juicios de valor sobre nosotros mismos, debemos tener en cuenta todos estos factores que afectan nuestro grado de apertura mental y que ocurren espontáneamente.
Conforme vamos tomando conciencia de los factores que influyen sobre nuestra apertura mental, comenzamos a comprender mejor cómo funciona nuestro criterio. De esta manera, podemos usar esta percepción de los factores como herramientas que nos permitirán modificar o conservar nuestras propias ideas, nuestras opiniones, nuestros juicios de valor o nuestro criterio.
No necesariamente cambiaremos de opinión al tomar conciencia de los factores que influyen sobre nuestro grado de apertura mental. Pero sí tendremos una mayor comprensión acerca de cómo pensamos y por qué pensamos de una determinada manera. Y como resultado, esto nos dará un mayor control sobre nuestra flexibilidad mental y nuestra capacidad para aceptar ideas, criterios y opiniones diferentes de los nuestros.
Seremos más conscientes de cuán dueños somos de nuestras ideas y de nuestro grado de apertura mental.
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