La impuntualidad se ha convertido en un hábito en muchos ambientes y forma parte
de algunas tradiciones y culturas. Pero, ¿qué refleja la impuntualidad de las personas
en los demás? ¿qué influencias puede acarrear el no ser impuntual?
La impuntualidad es una falta de respeto ante las personas El tiempo vale lo
mismo para unos y para otros, y eso deberíamos pensar cuando vamos a llegar tarde a
una cita.
La impuntualidad es una muestra de indisciplina personal Al contrario de las
personas que administran bien el tiempo, la persona impuntual no lo hace. Cuando
llega tarde se pone de manifiesto esa incapacidad para organizar su tiempo y su vida.
Llamar la atención Otras veces, la puntualidad descubre a personas a las que les
gusta llamar tanto la atención y que dan tanta importancia a su propia persona que
siempre tiene que llegar tarde para hacerse notar.
Esas personas deberían pensar que quien les está esperando es tan importante o más
que ellos mismos y que hay otras maneras más respetuosas de llamar la atención.
Para demorar acontecimientos En ocasiones las personas son impuntuales porque
les da miedo enfrentarse a un suceso importante, les da miedo enfrentarse al éxito o
fracaso del mismo. Por ello, inconscientemente, llegan tarde. Aunque tengamos
miedo, ser impuntual no ayudará nada.
La impuntualidad se contagia Es decir, que aún cuando una persona es
medianamente puntual, puede verse contagiada por esa impuntualidad que las demás
personas le demuestran. A nadie le agrada esperar a los demás y si es siempre, menos.
Preferir la impuntualidad Hay gente que no valora la puntualidad; es más, creen
que está mal visto. Creen que si se les invita a una cena y llegan antes o puntuales, las
personas que les han invitado van a pensar que son unos muertos de hambre.
Estas podrían ser algunas de las cosas que nos demuestran la puntualidad, aunque
también podemos interpretar una situación según el criterio de cada persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.