Algunas de ellas se vinculan habitualmente con personas inadecuadas; hacen pareja con gente agresiva, o inmadura, o desvalorizante; o pierden sus trabajos; o no logran alcanzar logros económicos; o creen tener algunas cualidades que no saben cómo poner en acto; o no lograr armonizar sus emociones y terminan deteriorando algunas situaciones vitales de máximo interés para sus vidas; o no toman las decisiones correctas para cada ocasión; o toman riesgos altamente peligrosos e innecesarios; o simplemente y de un modo constante parecen decidir habitualmente de un modo equivocado.
Lo primero que debo destacar, relacionado con esta problemática, es que las cosas no suceden por azar y que debemos desechar la casualidad como el factor desencadenante de los sucesos de nuestras vidas.
Sé que frente a determinados acontecimientos cualquiera de nosotros puede estar tentado a pensar que su participación voluntaria fue mínima y eventual en muchas de las cosas que nos ocurren.
Sin embargo, nuestras intenciones, nuestros deseos conscientes e inconscientes, nuestro karma, nuestros programas y la planificación de nuestro devenir como almas, están detrás de cada uno de los sucesos de nuestra existencia.
Desde algún punto de vista, podría considerarse más fácil o más cómodo desligarse de esa responsabilidad y no querer saber acerca de la necesidad de nuestra participación activa para encaminar lo que nos pasa y alcanzar nuestra armonía como personas.
Es tan solo una dilación, una postergación, una necesidad de tomarse un poco más de tiempo…Por otro lado, Dios respeta todos y cada uno de los procesos y deja que cada uno haga su propio “camino” en la toma de consciencia.
Mientras tanto, es muy probable que nosotros sigamos tomando las mismas decisiones y que nuestros temas vitales, sigan teniendo los mismos resultados.
Cada uno puede experimentar su propio recorrido y sacar sus propias conclusiones, mientras tanto, en los Reinos Espirituales aguardan pacientemente que dejemos de quejarnos y luchar en contra nuestro.
En cada instante podemos cambiar nuestras existencias, utilizar todo nuestro potencial y transformarnos en seres armónicos habitando un cuerpo físico. Sin dudas, esto no sucederá hasta que no estemos preparados para ver e interpretar lo que siempre estuvo para ser visto…
Valeiro
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