Contenido:

Contenido de este blog: Grupos de Autoayuda Gratuitos, Carrera Psicología Social Comunitaria, Direccionario de ayuda social, abordaje, artículos,
juegos de ingenio, experiencias y testimonios interesantes, graciosos o reflexivos sobre la psicología social actual.

Tratado: Las emociones se generan por nuestra forma de pensar, interpretas y valorar los hechos, no por los acontecimientos que vivimos. Si aprendemos a educar nuestro sistema de pensamientos, lograremos tomar mejores decisiones. Este es el desafío a enfrentar, y es una responsabilidad personal.

lunes, 31 de agosto de 2009

PROBLEMAS PSICOLOGICOS MAS FRECUENTES

CONSULTAS
FRECUENTES
AL PSICOLOGO


Los problemas psicológicos consisten en comportamientos inadecuados que la persona emite en un entorno determinado, los cuales impiden a la persona adaptarse a dicho entorno.

Cuando decimos que una persona presenta un problema no implica en absoluto que lo “tenga” como quien tiene una enfermedad o una lesión física, por ello el empleo del concepto de “enfermedad” y del modelo bio-médico en el ámbito de los trastornos psicológicos no es adecuado.
En psicología un diagnóstico no supone que la persona deba recibir un tratamiento determinado que será el mismo para todas las personas que presenten dicho trastorno.
Que una persona padezca, por ejemplo, depresión no nos dice nada acerca de por qué la está padeciendo ni de qué hay que hacer para resolver su problema. Lo importante es identificar la forma en que esa persona en concreto se está relacionando con el entorno en que se presenta el problema, es decir, su comportamiento.
El tratamiento de una “depresión” será muy diferente si la persona la padece a consecuencia de la pérdida de un ser querido, porque se percibe a sí misma incapacitada para llevar a cabo su trabajo o porque presenta dificultades para relacionarse con los demás.
Cada problema es único y también lo es cada tratamiento.
Podemos nombrar, como principales problemas psicológicos que afectan a la población los siguientes:

Trastorno depresivo:o Es el trastorno psicológico más frecuente.o Suele hacer mucho daño a la persona que lo sufre y a sus familiares. o Supone importantes cambios en la manera de pensar, de sentir y de comportarse.o Se caracteriza por: § estado de ánimo deprimido § pérdida del disfrute y del interés § una forma de pensar negativa acerca de la propia persona, de los demás, del pasado y del futuro § pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida § se dejan de realizar actividades placenteras y/o obligatorias

Trastorno bipolar: o Se caracteriza por estados de ánimo cambiantes entre dos polos opuestos, alternándose períodos maníacos (excesiva euforia) y depresivos. o Es un trastorno biomédico.o Requiere tratamiento psicofarmacológico.

Hipocondría: o Se trata de un miedo irracional y convicción de padecer una grave enfermedad que no ha podido ser diagnosticada por los médicos. o Suelen autoobservarse y quejarse con frecuencia. o Visitan a menudo a médicos y acuden a los servicios de urgencias. o Se muestran muy preocupados por su salud.

Trastornos del sueño: o Cuando los problemas de sueño se producen con frecuencia y de manera persistente, pueden repercutir de manera negativa en nuestra vida, tanto en el descanso como en el funcionamiento cotidiano. o Con el tratamiento psicológico de estos problemas, se pretende mejorar tanto la calidad como la cantidad de sueño.o Puede aparece junto a otro problema más grave como la depresión o algún trastornos de ansiedad, en cuyo caso, la intervención normalmente comienza por resolver el problema de sueño, ya que así se consigue una mejoría rápida y se facilita la intervención sobre otros tipos de problemas relacionados.

Adicciones:o Cuando se habla de drogodependencia, hablamos de un consumo periódico de una sustancia. Este consumo se caracteriza por: § Un deseo dominante para continuar tomando dicha droga y obtenerla por cualquier medio. § Tendencia a aumentar la dosis. § Se produce una dependencia física y generalmente psíquica, apareciendo síndrome de abstinencia cuando se retira el consumo.§ Tiene efectos negativos para la persona que consume la droga y para su entorno. o Sin embargo, también podemos referirnos a las llamadas “adicciones sin drogas”, en las que no existen sustancias cuya química esté directamente relacionada con el abuso y dependencia. Una adicción sin sustancias prototípica en nuestra cultura es el juego patológico, caracterizado por una incapacidad reconocida para resistir el impulso de jugar, además del incremento de tensión previa al momento del juego, seguido del alivio y placer asociados una vez la persona comienza a jugar.

Baja autoestima: o La autoestima está muy relacionada con la satisfacción que una persona tiene con respecto a sí misma y a su vida. o Una persona con baja autoestima difícilmente se sentirá satisfecha y se sentirá incapaz de conseguir aquellos objetivos que la llevarían a sentirse a gusto con ella misma. Este trastorno suele manifestarse por:§ autocrítica constante de la persona a sí misma. § autoevaluaciones negativas. § Culpa. § sentimientos de inferioridad. § predicciones de fracaso. § alta frustración ante errores. § inseguridad ante situaciones cotidianas y en las relaciones interpersonales. § poca o ninguna autoafirmación ante los demas.

QUE ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?

Enrique Pichón Riviere
1907-1977
Padre de Psicología Social


Es el estudio de los procesos psicosociales implicados en los origenes, desarrollo y consecuencia del comportamiento interpersonal. Es el estudio de cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas, son influenciados por la presencia imaginaria, real o implicada de otros.
Se trata de estudiar la influencia del contexto en el hombre: en el contexto ambiental, sociocultural y vincular con otros seres.
La psicología social estudia el conflicto entre el individuo y la sociedad, todos los fenómenos relacionados con la ideología y la comunicacion. La ideologia se refiere a sistemas de representaciones y de actitudes.
Expresan una representación social general que tanto individuos como grupos se forman para actuar y comunicar.
Por lo que hace a los fenómenos de comunicacion, estos se refieren tanto a la comunicación verbal como no verbal.
Se trata de leer los vinculos y relaciones humanas desde una perspectiva triangular: sujeto individual – sujeto social – objeto (puede ser un objeto fisico, un fin social, un ideal o un vinculo humano).
Enfoques dentro de la psicología social Conductismo: Se trata de estudiar la influencia de los otros o el medio sobre el comportmiento. Psicoanálisis: Se entiende la psicología social como el estudio de las pulsiones, mecanismos de defensa, identificaciones y represiones que influyen desde el interior del inconsciente individual hacia lo colectivo. Si bien las representaciones tienen un fundamento social, el psicoanalisis resalta la significacion singular que cada cual da a estas. Psicología social marxista.
Se trata de comprender al ser humano en sus aspectos historicos, sociales y de productividad social (dado que el hombre busca modificar el orden social. Esta teoría considera que concientizar significa enseñar a pensar por si mismo, a enfrentar y analizar críticamente las contradicciones confrontándolas con la realidad.
Esta vertiente teorica plantea la necesidad de desarrollar un pensamiento “organico” que los conduzca a asumirse como sujetos activos de la historia. Psicología posmoderna: la psicologiá social es entendida como el análisis de los diferentes componentes que construyen la diversidad y la manifestación de la pluralidad y fragmentación social en donde son validas todas formas de interpretar la realidad.
La gestalt: Se identifican dos nociones claves:
1- que los fenómenos psicológicos ocurren en un campo cuyos elementos son interdependientes.
2- que ciertos estados del campo son más simples y ordenados que otros. Las críticas a esta teorías son que se centran en el individuo, ignoran el contexto social, por otro lado, que se centran en el aquí y ahora, ignorando la personal y social. El interaccionismo simbólico estructural. Este enfoque resalta el impacto y las funciones intrapsiquicas que las organizaciones e instituciones tienen sobre el “yo”.

MITOS PSICOLOGICOS


HAGO TERAPIA...
Y QUÉ..???



Mito 1º)
Sólo acuden a un psicólogo los que estan locos o medio locos y no tienen remedio. Esto no es cierto bajo ningun punto de vista, dado que existen distintos tipos de problemas psicológicos o situaciones dolorosas, cada uno de los cuales supone un malestar de distinto grado. Este es el hecho fundamental: hay un malestar (intenso o no) que nos esta avisando de algo, que por lo tanto requiere de “atencion”.


Mito 2º)
A partir de determinada edad no tiene ningun sentido realizar un proceso terapeutico. Tiene sentido porque ahí se esta manifestando un malestar o dolor con el cual se puede hacer algo para hacerlo desaparecer o mitigar. Se trata de tener interés por desembarazarse de este malestar, condición totalmente independiente de la edad. Justamente quien pierde interes de realizar esto (desembarazarse de su malestar) se puede decir que se esta dejando morir en vida. Es importante resaltar que este interes debe ser acompañado por otros ingredientes como ser: voluntad, entrega al proceso terapeutico, etc.


Mito 3ª)
Las personas no cambian nunca. Esto es una creencia falsa: por un lado, nunca los cambios que se realizan tienen que ver con lo que se habia imaginado; por otro lado, nunca los cambios que uno necesita coinciden con los que el otro desea; por ultimo, justamente el ser humano cambia en los momentos de dolor y crisis.


Mito 4º)
Cuando se empieza a ir al psicólogo, es para siempre. Detrás de esta afirmacion suele esconderse el temor a “modificar el estado de dependencia” en el que se encuentra la persona. Es que, independientemente de que hay muy pocas problemáticas que requieren atencion por periodos extensos de tiempo, los proceso terapeuticos suelen generar y crear el enriquecimiento de recursos por parte de la persona para afrontar su situacion problemática actual y las venideras, aumentando su capacidad de autonomia.

domingo, 30 de agosto de 2009

EL AMOR Y LA SOLEDAD

El verdadero amor
hacia los demás
sólo se descubre                                 
en la soledad

                                                              He-recibido-este-mail:
"Todo lo que usted dice está muy bien, pero sigo sin comprender algunas cosas. Tengo 43 años y ya he pasado por cinco relaciones de pareja. Tengo cinco hijos de tres hombres diferentes. Y aunque busco y busco, sigo sintiéndome sola. Por muchas parejas que tenga, me siento sola. Y esa sensación de soledad me hace seguir buscando y buscando. No sé qué hacer" M.L.


Los animales son autónomos al nacer o al poco tiempo. Los seres humanos dependemos de otras personas durante bastantes años antes de alcanzar la autonomía.
Nacemos en grupo y vivimos en grupo, nos relacionamos con grupos y creamos grupos a nuestro alrededor.
Desde muy pequeños vivimos rodeados de otras personas. Es la multitud la que nos proporciona nuestra identidad.
Nuestro nombre no es más que una forma de ser reconocido por el grupo.
Nuestra profesión sólo tiene sentido si es aceptada por el grupo.
La educación, la cultura, las religiones, las leyes tienen como objetivo socializar al ser humano, hacerlo participar de las mismas ideas, de las mismas creencias, de la misma manera de ver el mundo.
Somos seres sociales, encadenados a normas creadas por la sociedad. Todos tratamos de adaptarnos y quien no lo consigue se queda al-margen-del-grupo. Creamos nuestra identidad en función del grupo.
Si eliminas al grupo, ¿qué queda de ti? ¿Quién eres sin el grupo?
Si eliminas al grupo te das cuenta de que no eres la religión que practicas, ni la raza a la que perteneces, ni la profesión que tienes para ganarte la vida, ni la familia en la que te has desarrollado, ni el país en el que has nacido.
Sin grupo pierdes la identidad, porque cuando la identidad está basada en aspectos exteriores a ti, al perder el grupo tu identidad desaparece. Sin grupo es como-si-estuvieras-muerto.
Pero tu identidad no es nada de lo anterior. Tu identidad no es tu religión, ni tu raza, ni tu apellido, ni tu país, ni tu profesión.
¿Quién-eres? Es duro tener que pensar en una pregunta clave: ¿Quién soy yo?
Confundimos personalidad con identidad.
La personalidad nos la da el grupo, la identidad sólo podemos conseguirla por nosotros mismos. Si el grupo desaparece, la personalidad se difumina. Pero si el grupo desaparece seguimos teniendo una identidad. Nacemos en una familia, en un barrio, en una ciudad, y estamos acostumbrados a vivir en grupo, a necesitar al grupo.
La soledad nos da miedo porque es algo desconocido para nosotros. El grupo nos da seguridad. La soledad nos produce terror, porque la soledad consiste en encontrarnos con nosotros mismos, sin el escudo del grupo, sin la protección que nos proporciona nuestra personalidad. En el grupo nos vemos reflejados a través de lo que el grupo decide que somos. En la soledad sólo podemos encontrarnos reflejados en nosotros mismos,-sin-artificios,-sin-caretas,-sin-embustes. La soledad es la ruta que te lleva a conocer tu verdadera identidad.
No es posible contestar a la pregunta "¿quién soy yo?" desde el grupo. Sólo es posible hacerlo desde la soledad. Únicamente podemos amar a los demás cuando "somos", cuando lo hacemos desde nuestra identidad, desde la soledad.
La búsqueda esencial del ser humano es la búsqueda de la soledad, la búsqueda de la identidad, poder contestar a la pregunta "¿quién soy yo?". Porque si no "eres", ¿cómo vas a amar a los demás? En la soledad se descubre al amor. Buscar la soledad significa ser consciente de ti mismo, mantenerte alerta, observar lo que ocurre en tu interior, abrir los ojos a lo que pasa con tu existencia. Aceptar la soledad, aunque vivas rodeado de miles de personas, es una de las experiencias más maravillosas que puede alcanzar el ser humano.
Tampoco confundas soledad con incomunicación.
La incomunicación es terrible, porque nos aísla de los demás, mientras que la soledad, que consiste en ponerte en comunicación con tu propia existencia, al permitir conocernos mejor a nosotros mismos, nos acerca a los demás. La incomunicación significa vacío, aislamiento, retraimiento. Por evitar el aislamiento los seres humanos somos capaces de cualquier cosa, porque necesitamos ser reconocidos por los demás.
Sin embargo, la soledad es vivir contigo mismo, conocerte, aceptarte. La soledad es alegría de vivir, de crecer, de avanzar.´
La incomunicación es negrura, es miedo, es inseguridad.
Hay que aprender a estar solo. El crecimiento personal está basado en aprender a estar solo. Por mucho que preguntes, por mucho que busques, sólo en tu interior vas a encontrar la respuesta a la pregunta básica: "¿quién soy yo?" . Aunque la pregunta es verbal, basada en el pensamiento, la respuesta sólo es posible encontrarla en lo profundo de la soledad, es decir, en el momento en que desaparecen los pensamientos y somos capaces de vivirnos a nosotros mismos de forma existencial.
En-la-soledad-no-hay-palabras,-hay-experiencia.
Pero todavía hay más. No es posible la libertad humana si no es consecuencia de la soledad. Dentro del grupo no hay ni rastro de libertad. Las leyes o las normas morales, que sirven para proteger al grupo, eliminan al mismo tiempo cualquier vestigio de libertad.
Los psiquiatras, los psicólogos, los trabajadores sociales, los educadores, trabajan para que nadie quede excluido, para que todos se adapten (esto es de manera teórica, porque en la realidad trabajan para el poder, como una manera de control social sobre los que son diferentes a la mayoría).
Sólo a través de la soledad, según Ricardo Ros puedes liberarte de las ataduras que supone vivir en grupo.
Ni tu familia, ni tu pareja, ni tus hijos, ni tus amigos, ni tus compañeros del Club pueden darte la libertad.
Porque la verdadera libertad sólo-aparece-cuando-te-quedas-solo.

APERTURA MENTAL


Nuestro grado de apertura mental depende de muchos factores.
Podemos definir la apertura mental como la disposición personal a aceptar ideas (propias o ajenas) de una manera flexible, lo que implica, en cierta medida, aceptar que hay opiniones y puntos de vista diferentes y que no por eso, son “correctos” o “incorrectos”.
Nuestra predisposición a aceptar ideas y opiniones diferentes, es decir nuestro grado de apertura mental, está vinculado a nuestros valores personales, nuestras tradiciones y costumbres familiares, nuestras pautas culturales y nuestras decisiones personales.
Así, una persona que haya crecido en un ambiente o entorno más estricto o conservador, quizás no esté de acuerdo con ideas más liberales, o quizás no esté de acuerdo con la estructura dentro de la cuál se crió.

Las personas tenemos diferentes experiencias de vida, nacemos y nos criamos en diferentes culturas, somos educados de diferentes maneras y no siempre compartimos las mismas opiniones.
Cuando estamos frente a una situación en la que no nos sentimos cómodos, es posible que nuestro grado de apertura mental se vea afectado por nuestros valores personales. El hecho de que nuestra apertura mental no sea “absoluta” y esté “limitada” no es algo "malo" o “bueno”. Es algo real, que sucede de manera inconsciente y espontánea. Lo importante es darnos cuenta en qué medida se ve afectada nuestra apertura mental.
Por ejemplo, si yo soy una persona que crecí en una familia que no veía el “juego” con buenos ojos., es muy posible que yo no sea muy tolerante con personas que tengan una afición al juego (por ejemplo: jugar a las cartas apostando dinero). Si soy una persona que crecí en una sociedad dónde se considera una falta de respeto saludar a alguien estrechando su mano, Quizás evite todo tipo de contacto físico con otras personas porque, según mis pautas culturales, eso no es respetuoso.
Al considerar el grado de apertura mental a través del cuál juzgamos a los demás, o incluso, emitimos juicios de valor sobre nosotros mismos, debemos tener en cuenta todos estos factores que afectan nuestro grado de apertura mental y que ocurren espontáneamente.
Conforme vamos tomando conciencia de los factores que influyen sobre nuestra apertura mental, comenzamos a comprender mejor cómo funciona nuestro criterio. De esta manera, podemos usar esta percepción de los factores como herramientas que nos permitirán modificar o conservar nuestras propias ideas, nuestras opiniones, nuestros juicios de valor o nuestro criterio.
No necesariamente cambiaremos de opinión al tomar conciencia de los factores que influyen sobre nuestro grado de apertura mental. Pero sí tendremos una mayor comprensión acerca de cómo pensamos y por qué pensamos de una determinada manera. Y como resultado, esto nos dará un mayor control sobre nuestra flexibilidad mental y nuestra capacidad para aceptar ideas, criterios y opiniones diferentes de los nuestros.
Seremos más conscientes de cuán dueños somos de nuestras ideas y de nuestro grado de apertura mental.

EL SINDROME DE PETER PAN

¿Tienes sindrome de Peter Pan?
Hombres adultos incapaces de crecer. Sepa cómo reconocer a los que tienen el sindrome de Peter Pan...


Se trata de personas que aunque han alcanzado la edad adulta, viven como adolescentes, están rodeados de amigos menores que ellos, son incapaces de afrontar las responsabilidades y son inmaduros emocionalmente. “Este síndrome puede aparecer en mujeres y hombres, pero en el 99 por ciento de los casos, son varones los que sufren esta patología de la cual no es nada fácil recuperarse”, sostiene la psicóloga española Reyes Tobella.
La situación se complica mucho más cuando estos varones encuentran una pareja que los sostiene, apaña y se encarga de justificar todos los actos. “El síndrome de wendy, por el contrario, es más habitual en mujeres que son las niñeras de sus parejas y que son incapaces de reconocer las actitudes enfermizas e infantiles de su pareja”, continúa explicando la especialista.

Cómo reconocer el sindrome de Peter Pan
• No saben estar solos
• Siempre están rodeados por gente más joven
• No se responsabiliza de sus actos
• Es un ser permanentemente insatisfecho
• Puede vivir con sus padres o con una pareja que contenga sus actos
• Tiene ideas sobre grandes proyectos y aventuras amorosas que nunca se cumplen
• Suele quejarse y culpar al resto del mundo de sus problemas. Espera siempre que alguien se los solucione.
• Les gusta estar siempre contentos y siempre están buscando maneras de divertirse y evadirse de la realidad
• Cambian continuamente de pareja. En general siempre se conectan con mujeres más jóvenes.
Más rasgos de su personalidad:
• Rebelde
• Narcisista
• Dependiente
• Se niega a envejecer
• Manipulador
Cómo ayudar a un hombre con sindrome de Peter Pan
• Por más difícil que resulte no se deben satisfacer sus necesidades. Se debe hacer que afronte sus responsabilidades.
• No proponerle soluciones cuando comenta sus problemas.
• Incentivarlo a que encuentre sus propias soluciones y las lleve a cabo.
• A esta persona le molesta mucho que se les marque el error o los defectos que tiene, pero es necesario remarcarlos para que se concientice de que no es el centro del mundo y que debe asumir su vida.

sábado, 29 de agosto de 2009

LA NEGACION COMO MECANISMO DE DEFENSA



"No hay más ciego que aquel que no quiere ver"


Los mecanismos de defensa son medios

que utilizamos "inconscientemente" para afrontar las situaciones difíciles, distorsionando, disfrazando o rechazando la realidad y lograr con ello reducir la ansiedad que nos provocan dichas situaciones que se salen de nuestro control.
Existen al menos trece mecanismos de defensa, sin embargo en esta ocasión abordaremos uno de ellos que es fundamental en los procesos de cambio: la negación.
Si bien por salud en algún momento u otro, todos los utilizamos, en un mínimo grado como personas psicológicamente sanas y maduras por el grado de autoconocimiento y manejo de los propios procesos, de tal forma que mientras más sana es una persona menos requiere hacer uso de este recurso y cuando lo hace, es de manera consciente y eso es lo que hace la diferencia.
La negación se refiere a la "no aceptación de una realidad que puede ser externa (por ejemplo algo que puede estar sucediendo en la vida de la persona), o interna (como una necesidad, un sentimiento, un deseo o un rasgo de personalidad), que resultan -amenazantes- y difíciles de reconocer".
De aquí la pregunta:
¿cómo buscar una solución a un problema que negamos que existe?.
Salir de la negación y reconocer que hay algo que no funciona, que necesita ser cambiado, e incluso reconocer que a veces no podemos solos y que necesitamos ayuda, es el primer paso sin el cual no es posible la curación y el cambio.
¿Por qué nos es difícil aceptar que tenemos un problema, que no queremos enfrentar o que nos estemos equivocando?
Por la cultura socio-cultural y familiar, porque "aceptar que nos equivocamos", "aceptar que estamos mal", o que "cometemos errores" es vergonzoso, tanto como no saber qué hacer o tener que pedir ayuda. Todo esto, es visto como signo de ignorancia, de debilidad, por consiguiente es preferible ocultarlo, o fundirse en el anonimato para no "sentirnos" débiles, ignorantes o tontos, convirtiéndose en sentimientos "negativos" mal vistos socialmente que aprendemos a reprimirlos, a negarlos o distorsionarlos para ser "aceptados por quienes nos rodean".
La negación es una gran mentira apuntalada y sostenida a costa de no enfrentar la realidad que nos resulta sumamente amenazadora o dolorosa.
Como aceptar que se es alcohólico, que se esta metido en una relación destructiva, que no podemos con la carga emocional ante problemas que enfrentamos y no aceptar la necesitad de acudir en busca de apoyo psicológico, por mencionar algunos.
Otras importantes razones para "mantener" la negación son el miedo o la comodidad, ya que si reconocemos que hay un problema "tendremos que hacer algo al respecto", como tomar decisiones drásticas (un divorcio, una ruptura en una relación, una confrontación, dejar una adicción o un apego), procesos para los cuales no siempre se esta preparado.
Otra razón para aferrarnos a la negación, es la creencia de que "no ver el problema o sentimiento", desaparecerá por arte de magia; lo cual no sucede por el contrario crecerá hasta que resulta "imposible no verlo", y entonces, la solución o el cambio se harán inminentes, aunque para entonces será más complicado y difícil.
En ocasiones para "seguir sosteniendo la negación" hacemos cosas para "justificar, evadir o descalificar" la fuente que nos esta haciendo ver la realidad que no queremos ver; esa fuente puede ser un libro, una conferencia, una persona cercana; descalificándolos: "esta mintiendo, no sirve de nada, no es cierto, etc.".
Cuando nos veamos en alguna de las situaciones expuestas, el comienzo de una mejor vida esta por delante, no es "evadiéndonos" o "negando" como solucionaremos aquello que nos provoca angustia, es justo al contrario, no debemos recriminarnos, ni avergonzarnos, no se es un monstruo por ello, somos simplemente humanos aprendiendo a vivir y a ser mejores humanos; estamos intentando ser los mejores en los roles que hemos elegido.

En el paranoico corresponde en un primer momento la proyección; el contenido negado es proyectado enseguida.
También es un mecanismo obsesional.
La negación es utilizada masiva y sistemáticamente por los psicóticos

Es fundamental entonces apelar a nuestra madurez y ser concientes de lo que somos, de la problematica que enfrentamos y decidamos hacer frente a lo que tengamos en frente sin temor a ser juzgados o cuestionados, no olvidemos
"la solución a un problema comienza cuando lo reconocemos".


miércoles, 19 de agosto de 2009

EL AMOR: MIEDO Y MISTERIO


EL MIEDO AL AMOR

No puede hablar del amor quien no haya amado, ni del dolor no padecido, sólo la verdad se ha revelado con la experiencia que ha tenido.
La unión amorosa que respeta la individualidad es la única que puede evitar la angustia que provoca el aislamiento y que al mismo tiempo le permite a una persona ser ella misma.
El amor no puede ser nunca un arrebato pasional, sino un acto de entrega donde dar es más importante que recibir.
No significa una forma de dar sacrificándose o sufriendo sino dar lo mejor de si mismo convirtiendo al otro también en un dador y creando felicidad para los dos.
El amor es un poder que produce amor, siempre que ninguno de los dos sea tratado como un objeto de uso.
Si una persona no ha superado la dependencia, la omnipotencia narcisista y su deseo de manipular para conseguir sus propios fines egoístas, tiene miedo de darse y por lo tanto también miedo de amar.
Porque amar exige cuidado, atenciones, responsabilidades, respeto y sabiduría; y la esencia del amor es hacer el esfuerzo necesario para hacerlo crecer.
La responsabilidad implica estar dispuesto a responder y no significa un deber o algo impuesto desde el exterior.
Respetar a una persona significa la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única y preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es, no como el otro necesita que que sea, como un objeto para su uso.
La sabiduría es imprescindible para entender al otro en sus propios términos y para llegar a conocerlo a través de la unión amorosa, sin necesidad del pensamiento.
Es como la experiencia de Dios, que no se trata de un conocimiento intelectual sino de un sentimiento de intimidad y unión con él, y el amor al otro es es primer paso hacia la trascendencia.
Lejos de lo que se supone, el amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada, por el contrario, la felicidad sexual y los completos conocimientos de las técnicas sexuales, son el resultado del amor. Si no hay entrega tampoco hay orgasmo.
Las disfunciones sexuales en las parejas se deben más a las inhibiciones que impiden amar que en el desconocimiento de las técnicas necesarias.
El temor o el odio al otro sexo son la base de las dificultades que no permiten a una persona entregarse por completo y la espontaneidad y la confianza diluyen los problemas.
El amor verdadero no implica ausencia de conflicto. Los conflictos reales de la realidad interna de cada uno contribuyen para aclarar y liberar energías y para fortalecer a la pareja.
El amor sólo es posible cuando la comunicación entre dos personas no se realiza desde la superficialidad del ego sino desde la parte esencial de ellos mismos. No es algo estático ni tranquilo, es un desafío constante de dos libertades que quieren por sobre todas las cosas crecer y estar juntos.


EL AMOR Y EL MISTERIO

Es inútil revelar el misterio si es que a entregarme tengo miedo
La condición fundamental para el logro del amor verdadero es la superación del propio narcisismo, que experimenta como real sólo lo que existe en el propio interior y lo externo se considera sólo desde el punto de vista de su utilidad o peligro para el si mismo.
Conviene no saberlo todo de quienes amamos, y también no contar todo de nosotros mismos; dejar un espacio para la sorpresa y el asombro donde cada uno puede ser como quiere.
El miedo a la pérdida puede transformar a una persona en un especialista del absurdo, complaciéndose en tejer historias a partir de cualquier elemento sospechoso que sugiera algo inconfesable oculto.
Hay un nivel de intimidad personal que no debería ser descubierto nunca y permanecer siempre en secreto, porque cuando exteriorizamos toda nuestra interioridad, nos quedamos vacíos. Es necesario conservar algo, lo más íntimo que nadie tiene el derecho de conocer.
Pregonar todo de nosotros mismos no nos hace más honestos, sólo más indiscretos y la discreción es una virtud, porque nuestra historia no puede ser una condición para el amor.
Las confesiones son descargas que pueden resultar inconvenientes en el amor porque pueden ser incomprendidas. El otro, ve las cosas vividas por quien no es él, desde afuera, y desea saber pero también teme saber.
Respetar el misterio que es el otro es la parte enigmática que debería tener toda relación para mantener viva la atracción y para no perder la oportunidad de llegar a sorprender.
Cuando la revelación es total, se pierde el misterio y quedamos huecos y definidos, nos convertimos en un concepto sin el encanto de la incógnita.
El amor que se entiende como descubrimiento sin límites es posesivo porque pretende invadir y apoderarse de la voluntad y la autonomía del otro para manipular.
El polo opuesto del narcisismo es tener la capacidad de ver a la gente tal como es, y poder separar esa imagen de la que forman los propios deseos y temores, porque la preocupación deteriora una pareja, el miedo la va secando y la desconfianza termina por separarla.
Confiar en nosotros mismos es el primer paso para confiar en los demás, porque cuando sospechamos es porque también nosotros somos capaces de provocar esa misma sospecha.
Nuestras actitudes en el amor nos pueden asegurar una relación estable o nuestra imposibilidad de lograr el amor verdadero.
Tratar de conocer a otro es tan imposible como conocernos a nosotros mismos porque todo ser humano va siendo él mismo mientras va existiendo y cualquier cambio lo convierte en una persona diferente.
Ser diferente todos los días es lo que hace a una persona única y ser y dejar ser en el amor es la clave. Significa responder a las necesidades del otro de Ser, apoyándolo, sin temor al abandono, respetando su desarrollo y propiciándolo y dándole libertad sin reservas
Sin embargo, no podemos dejar de sentir el deseo de penetrar en el secreto del alma humana, en ese núcleo más profundo que pretende definirla y lograr el poder absoluto.
El lado extremo de esa necesidad de saber sobre el otro es el sadismo, el deseo de hacerlo sufrir, de torturarlo, para obligarlo a traicionar su secreto.
En este anhelo de penetrar en el secreto del hombre y por lo tanto, también en el nuestro, y en el misterio de la vida, está la motivación esencial para la manifestación de la crueldad y la destructividad.
La única forma de alcanzar el conocimiento total es el acto de amar, porque trasciende el pensamiento y las palabras. Es una entrega temeraria a la experiencia de la unión.
La entrega es lo único que nos permite conocer al otro profundamente y también es lo que nos da la posibilidad de concer a Dios.

lunes, 10 de agosto de 2009

COMPRAS COMPULSIVAS

AUTO
CONTROL

¿Vamos de compras?
Si pero con inteligencia, con autocontrol...
El 3% de la población europea no puede evitar acercarse a un comercio para comprar.
El consumo se dispara en esta época del año bajo la certeza de que el esfuerzo merecerá la pena y las rebajas aliviarán la cuesta de enero. Sin embargo, no se suelen tener en cuenta las consecuencias no sólo económicas, sino psicológicas que provoca el sentimiento de frustración por no poder comprar aquello que tanto se desea.
Los psicólogos recomendamos autoreflexión y controlar los impulsos en momentos decisivos como la Navidad y las rebajas.
La compra compulsiva ¿Que es?
La compra compulsiva, que consiste en el afán desmedido, incontrolado y recurrente por adquirir cosas no es un fenómeno exclusivo de fechas como la Navidad, en las que la insistencia de la publicidad comercial y la tradición consumista podrían explicar un cierto aumento de los gastos. es una adición en toda regla, más común de lo que la gente pueda pensarse.
Es un impulso irreprimible, un acto poco consciente, del que después nos arrepentimos porque compramos cosas inútiles o gastamos más de lo que podemos. A través de anuncios, ofertas y promociones, se llegan a crear determinadas necesidades en el consumidor bajo la premisa de que lo material da la felicidad.
Es así como la compra compulsiva irrumpe en navidad y favorece la adquisición de productos u objetos que, en muchos casos, apenas unos meses después acabarán en el fondo del armario o en el cubo de la basura. En este sentido en Navidad, el deseo de comprar se desencadena porque una parte de las fiestas está enfocada desde el punto de vista del consumo, lo que lleva a realizar compras innecesarias que de otra forma no se harían. El problema es que los gastos no acaban en diciembre. Tras unos días de dispendios considerables llegan las rebajas, que se intentan aprovechar para compensar los gastos navideños. Las compras en esta época sí que suponen un comportamiento totalmente compulsivo que tiene que ver con compras innecesarias, porque pensamos que vamos a ahorrar. Se adquiere bajo la trampa de pensar que va a resultar muy bonito y barato. Los expertos aseguran que esta tendencia está también relacionada con la propia inseguridad del consumidor, en ocasiones dominado por el afán de convertirse en el más guapo o el mejor vestido, a la vez que se esfuerza por demostrar su poder adquisitivo o mantener su posición en el círculo de amigos. En una sociedad donde se realza tanto la estética, se considera imprescindible ser el "más guapo". Los publicistas se defienden y rechazan las críticas. Argumentan que su trabajo está dirigido a hacer más cómoda la vida del consumidor, quien a veces necesita que le “recuerden” las ventajas de determinadas compras. “Marketing no es sinónimo de engaño, sino una disciplina con la que se pretende fomentar el consumo y crear atracción sobre el producto”, dicen los expertos.
Consecuencias
Además de llenar nuestros armarios y vaciar el monedero, las compras compulsivas acarrean otra serie de consecuencias para las que no siempre estamos preparados. Así, el no poder regalar a familiares y amigos lo que desean puede suponer para el individuo un motivo de tristeza tan importante que no es difícil que pronto aparezca un gran sentimiento de frustración. Los psicólogos advertimos de que esta circunstancia afecta sobre todo a las personas más vulnerables y con una situación económica modesta, para los que ocupar y mantener un buen estatus social es fundamental. Se trata de quienes se rigen por el refrán ‘tanto tienes, tanto vales’, y que ven las compras como una señal de identidad porque creen que son lo que compran. Si lo que compran no les coloca en la posición que persiguen puede aparecer un estado de frustración. Son las compras compulsivas las que pueden llevar a esa situación, no lo contrario: el no comprar alienta el deseo de hacerlo, pero no llega a frustrar. Ese sentimiento aparece más bien cuando las compras no cubren las expectativas. En el caso de los niños, el problema es aún mayor cuando el pequeño se convierte en el único de sus compañeros que no viste una determinada marca o que no tiene el último disco de su cantante preferido. Es entonces cuando se crean muchos sentimientos de frustración individual y se enseña, desde edades muy tempranas, a seguir una tendencia consumista.
Los niños no quieren unas zapatillas que no sean de marca porque todos sus compañeros las tienen de marca. Según un informe publicado por el Worldwatch Institute bajo el epígrafe “La situación del mundo 2004”, el impulso consumista se genera para dar respuesta a una necesidad ante un estímulo constante, lo que supone que buena parte de los gastos no están justificados, sino que, en realidad, contribuyen a crear problemas como la obesidad o el endeudamiento. Se deberían fomentar más valores como la amistad. Controlar los impulsos Por lo general, las mujeres tienen más tendencia a gastar que los hombres, aunque la necesidad de controlar los impulsos consumistas resulta imprescindible en ambos casos. Y es que el marketing y la publicidad suelen ser creadores de tendencias a las que se suman una gran mayoría que no distingue entre sexos. Por ello la autorreflexión constituye, según estos expertos, el primer paso para encontrar salida a una situación que, si no se remedia desde el principio, puede convertirse en una enfermedad patológica que ya afecta al 3% de la población europea y a partir de la cual el individuo no puede evitar acercarse a un comercio para comprar.
Aprender a gastar con sensatez. Además del control de los propios impulsos, hay otras medidas cuya puesta en práctica puede reducir el uso de la tarjeta de crédito. Ayuda, por ejemplo, la elaboración de un presupuesto previo en el que limite el gasto que se puede realizar sin poner en peligro la economía doméstica o distinguir entre compras las justificadas y las que no lo están. Además, al ir de compras conviene llevar una lista de los artículos que queremos adquirir y se recomienda evitar comprar en momentos de euforia o desánimo, ya que determinadas situaciones psicológicas favorecen la compra irracional. También es importante ser consciente de que la reducción en el precio de algunos productos no conlleva la reducción en el precio de todos, no dejarse llevar por las tentaciones, controlar lo que se gasta –se puede utilizar una calculadora para sumar cada nuevo producto que cae en el carro– y no sentir vergüenza por salir sin comprar nada.
En el caso de los juguetes, una buena medida es la adquisición de artículos que no contengan pilas ni requieran el uso de electricidad, y, si esto resulta imposible, habrá que asegurarse de apagar los juguetes cuando no sean utilizados por los pequeños o controlar el tiempo que pasan “enchufados”. Por último, conviene evitar las compras de última hora, cuando los precios están más caros y las aglomeraciones hacen que se hagan las compras de forma rápida y descuidada.
Recurrir al transporte público en lugar del vehículo privado, no siempre fácil de aparcar; aprovechar las rebajas para comprar lo que no sea estrictamente necesario y saber con certeza qué es lo que queremos, son también factores clave para que la Navidad sea realmente una época de fiesta y felicidad. Las compras compulsivas como patología El ansia por comprar puede jugarnos malas pasadas. Lo que empieza siendo un placer se convierte en una auténtica pesadilla cuando se hace compulsiva y nos lleva a endeudarnos. Para conseguir paliar sus devastadoras consecuencias, se impone un cambio de hábitos. Nuestros gastos superan nuestros ingresos. No sabemos en qué se nos va el dinero. Llenamos los armarios de compras inútiles que no utilizamos. Hacemos compras de las que luego nos arrepentimos. Recibimos el extracto de la tarjeta de crédito y nos asustamos con el volumen de gasto que hemos generado. No podemos recordar dónde y cuándo hicimos el gasto... Éstas son algunas señales de alarma que nos indican que gastamos demasiado. Aunque en nuestra sociedad actual el comprar por el placer de comprar es algo habitual, los psicólogos coinciden en afirmar que se trata de una patología que muchas veces esconde desórdenes del comportamiento: una personalidad caprichosa, baja autoestima, ansiedad, deseos de ser admirados, envidiados y deseados, de mejorar socialmente.Según el Informe Europeo sobre adicción al Consumo, una tercera parte de los ciudadanos de la UE tiene serios problemas de autocontrol y entre el 1 y el 5 por ciento, son adictos a las compras. Lo que en un principio parece ser un acto voluntario y sin consecuencias graves, puede crear situaciones conflictivas: endeudamiento, ruptura del equilibrio personal y familiar, crisis de pánico. E incluso, llegar aún más lejos, si quedamos atrapados en esta conducta repetitiva y terminamos creando una auténtica adicción. La mayoría de las veces se debe simplemente a hábitos que hemos aprendido y que también podemos aprender a modificar para poder vivir de una manera que nos permita gastar nuestro dinero de una forma sensata. Cambio de hábitos Este cambio de hábitos pasa, en primer lugar, por buscar conductas alternativas. Si, por ejemplo, nos hemos acostumbrado a pasar las tardes mirando tiendas de ropa por huir de la soledad o combatir el aburrimiento, una solución sería apuntarse a un curso o practicar algún deporte.También es importante marcarse objetivos intermedios y realistas. De nada sirve decir: “No vuelvo a entrar en una tienda”. Si estamos acostumbrados a gastar medio sueldo en ropa todos los meses, poner un límite razonable a nuestro presupuesto en ese apartado. Disfrutaremos más y mejor con las compras realizadas. Ayuda igualmente, no dejarse llevar por el impulso del momento: si vemos un objeto que nos gusta, no comprarlo en el acto. Darnos unos días y si nos interesa de verdad, volver a comprarlo. Los consumidores suelen comprobar que una vez fuera del establecimiento, han olvidado su deseo de comprar. El uso de un talón que facilita mucho el pago y a veces evita el goteo que se genera cuando se lleva dinero en efectivo en el bolsillo, se debe procurar, en la medida de lo posible, no pagar siempre con la tarjeta de crédito. Uno de los peligros de la tarjeta es que provoca un oscurecimiento del gasto y lleva a la falta de recuerdo de la compra. Terapia de inundación Un procedimiento que se utiliza para algunos casos es “de inundacióny que se utiliza en las terapias de grupo con personas que tienen una gran adicción a pasar largas horas en los centros comerciales. Consiste en una exposición intensa y prolongada a los estímulos, impidiendo la respuesta que se quiere evitar (en este caso, las compras compulsivas). El grupo permanece todo un día paseando por las distintas plantas de un gran almacén sin comprar nada —explica Javier Garcés—. Al cabo de unas horas, nace un deseo de salir del centro y una reacción de rechazo que evita cualquier deseo de volver a entrar en el mismo. Esta estrategia de inundación se aplica siempre con un asesoramiento psicológico adecuado. Cuando deben sonar las alarmas para pensar que podemos estar en esta situación Cuando nos sentimos tristes, deprimidos o enojados, lo único que nos calma es ir de compras Compramos con frecuencia cosas poco útiles, que después nos arrepentimos de haber adquirido. Tenemos la casa llena de artículos que no hemos usado y que nos resultan inservibles. Nos precipitamos a la hora de comprar, porque no podemos controlar nuestros impulsos. Del entorno familiar y de amigos nos llegan mensajes críticos con nuestra desmedida afición a comprar. Aun a pesar de haber comprado muchas cosas o haber realizado un gran gasto, nos sentimos insatisfechos cuando reflexionamos en casa sobre los objetos adquiridos. Vemos que se nos va el dinero sin darnos cuenta, y a menudo estamos irritados por haber gastado el dinero tontamente. Cuando vemos algo que nos gusta, no paramos hasta comprarlo. Adquirimos productos "milagro" que intuimos o sabemos inútiles. Cuando recibimos el extracto de la tarjeta de crédito, nos sorprende sobremanera la cantidad e importe de las compras que hemos hecho. Nuestro tiempo libre lo dedicamos preferentemente a visitar los centros comerciales o ir de escaparate en escaparate.
Si soy un comprador compulsivo. ¿Qué puedo hacer?
Piense qué quiere, qué le pasa, cómo se encuentra y busque qué alternativa existe, distinta de la de ir de compras. Recupere viejas aficiones o incorpore nuevas, y cultive sus amistades.
Hable de su problema con personas de su entorno o con aquellas que lo hayan superado. • Antes de salir de compras, redacte minuciosamente una lista con el propósito firme de no salirse de ella. Cada nuevo producto debe tener su propia justificación.
Compre con dinero en metálico y deje su tarjeta de crédito en casa.
Antes de comprar algo, piense en la utilidad que va a darle y si no la tiene, desista de su intención inicial.
Revise semanalmente la marcha de su economía, el listado de gastos y en qué se han producido. Subraye en rojo los gastos inútiles o poco justificados.
Si algo le gusta, no lo compre de inmediato, concédase unos días, coméntelo con alguien y, posteriormente, decida.
Si está convencido-a de que no puede superar su adicción o ha fracasado en varios intentos, acuda al psicólogo.
La empresa no es fácil, pero recuerde que cada vez que controlamos impulsos irracionales que nos perjudican y los vencemos, hemos conseguido una victoria que nos hace más libres. Las adicciones nada tienen de bueno y cuando las vencemos a base de inteligencia, voluntad y esfuerzo, reafirmamos nuestra personalidad y mejoramos nuestro equilibrio emocional y calidad de vida.
Miriam Alberganti
Psicóloga Social

domingo, 9 de agosto de 2009

Las emociones que originan enfermedades

EL ORIGEN DE LAS ENFERMEDADES

1º PARTE

La relación entre nuestros pensamientos y emociones y las manifestaciones físicas de una enfermedades son el resultado de un "disgusto" presente en el conjunto mente/cuerpo/espíritu de la persona.

Cuando nos enfermamos, buscamos un remedio rápido para sentirnos mejor, pero casi nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta enfermedad.
Las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No solo afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción negativa.

Ver mas...


2ª PARTE
Muchas veces la enfermedad es una oportunidad que representa crecimiento y evolución. Hay muchas razones o factores por los cuales nos enfermamos, algunos de ellos son:
  • Psicológicos
  • Emocionales
  • Espirituales o "enfermedades del área"
  • Trastornos mentales (heridas, bloqueos, traumas)
  • Malos hábitos
  • Virus y bacterias
La experiencia ocasional de estos sentimientos, no producen necesariamente estos desequilibrios. Los problemas sólo surgen cuando estas emociones pasajeras persisten y llegan a transformarse en estados de ánimo permanentes

El modo en que pensamos y sentimos condiciona la CALIDAD de nuestra vida.

Algunos psicólogos han seguido investigaciones y determinan que .....
Aquí una pequeña lista de posible origen emocional de la enfermedad: ...

Ver mas...

jueves, 6 de agosto de 2009

MANIA POR EL ORDEN

Manía por el orden
Revisado por: Miriam Alberganti

Cuando la obsesión por el orden adquiere dimensiones patológicas altera la vida cotidiana del afectado y de su entorno familiar y genera actitudes improductivas

La manía por el orden y el afán de perfección y pulcritud que sienten algunas personas puede ser un rasgo muy ventajoso en algunas situaciones, pero también puede ser indicativo de una patología y revelar la existencia de un trastorno de la personalidad que requiere atención médica. Aproximadamente una de cada cincuenta personas en España padece un tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), entre los que se encuentra la manía patológica por el orden. Los expertos aseguran que en la población general es el cuarto trastorno mental más frecuente, sólo superado por las fobias, el abuso de alcohol y la depresión.

Causas y tratamiento
La manía por el orden que sufren algunas personas puede parecer una afección pintoresca y hasta cómica para quienes no la sufren o no han tenido que convivir con alguien que la padezca. Pero cuando ésta alcanza niveles patológicos puede transformar la existencia en un verdadero infierno. Una cosa es ser extremadamente pulcro, preciso, metódico y ordenado. Y otra muy distinta es convertirse en esclavo de rituales y conductas que, además de causar ansiedad y sufrimiento a quien las practica, llevan a ejecutar compulsivamente cierto tipo de acciones siempre en el mismo orden, y según un patrón de comportamiento obsesivo que las demás personas tomarán por excéntrico y absurdo.
El primer tipo de comportamiento evidencia a la persona que comúnmente responde al calificativo de maniática por el orden. Este comportamiento puede deberse «a un rasgo de la personalidad sin más, en individuos perfeccionistas, autoexigentes y meticulosos», explica Eduardo García-Camba, responsable del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Princesa, en Madrid, y Presidente de la Asociación Española de Medicina Psicosomática. Cuando ese rasgo de la personalidad adquiere una dimensión patológica puede convertirse en lo que se denomina Trastorno Obsesivo de la Personalidad y, en los casos más graves, Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), añade García-Camba.
Aunque no está claro el origen de este trastorno, generalmente se considera que existen causas tanto biológicas como psicológicas, por lo que el tratamiento suele ser mixto, de tipo psicofarmacológico y psicoterapéutico.
Generalmente este trastorno se inicia en la adolescencia o a comienzos de la edad adulta, pero sobre todo en los varones puede aparecer en la infancia. Según García-Camba, un entorno familiar o social muy rígido y exigente puede favorecer la aparición de estos rasgos de personalidad. Ante la detección de síntomas afines en los menores, debe buscarse cuanto antes atención especializada. A veces la familia, con la intención de ayudar, colabora con las conductas de orden e inicialmente disminuye así la ansiedad del paciente, pero a mediano plazo le perjudica.

Los fármacos empleados son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina que disminuyen los pensamientos obsesivos y la ansiedad asociada
En niños en edad preescolar son frecuentes y normales los rituales, las supersticiones, las costumbres rutinarias y la tendencia al orden. Estas conductas desaparecen espontáneamente en la etapa escolar, no producen en el niño angustia y no interfieren con el juego o el aprendizaje. Se ha teorizado que quienes sufren trastornos obsesivo- compulsivos generalmente tienen una inteligencia por encima de la media, ya que la naturaleza de este desorden está asociada a complejos patrones de pensamiento, pero esto nunca ha sido sustentado por datos clínicos. «No es fácil saber si el determinante mayor es la genética o lo aprendido. En muchos casos este trastorno lo sufren niños a los que se ha insistido mucho sobre la importancia de la organización y del orden», comenta Javier Barbero, psicólogo adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario La Paz.

Los fármacos empleados en el tratamiento psicofarmacológico son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que aumentan esta sustancia a nivel cerebral y disminuyen considerablemente los pensamientos obsesivos y la ansiedad asociada a los mismos. En todo caso, el tratamiento especializado es totalmente obligatorio, ya que son trastornos resistentes y de difícil manejo. Los libros de autoayuda pueden ser una herramienta complementaria, que proporcionan información para los pacientes en un lenguaje asequible y consejos sobre como identificar y abordar su trastorno, además de sugerencias dirigidas a cambios de actitud o conductas, pero nunca deben suplantar la figura del especialista.

Una perfección inalcanzable
Cuando se trata de una simple manía por el orden, este rasgo particular de la personalidad puede llegar a ser ventajoso cuando el afán por el método, la perfección, la pulcritud, la proporción y la simetría se aplica a campos como la ciencia y la matemática, o a cualquier otra actividad que requiera un alto grado de rigurosidad, precisión y exactitud. Sin embargo, cuando estos rasgos son patológicos se convierten en un claro inconveniente, ya que en exceso entorpecen el rendimiento normal. «El paciente quiere un grado de perfección tal que nunca completa la tarea a realizar», advierte María Luisa Catalina Zamora, médica adjunta del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Móstoles.
Este segundo tipo de comportamiento revela la existencia de un trastorno de la personalidad que requiere de atención médica especializada, a pesar de que en la actualidad el sistema de salud pública en España aún no cubre el tratamiento profesional que necesitan estos pacientes, como sí lo hace con los que sufren otros desórdenes tales como la anorexia y la bulimia (a pesar de que la Organización Mundial de la Salud también clasifica a los primeros como enfermedades). En casos extremos, el cumplimiento de rígidas y excéntricas rutinas puede hacer perder tanto tiempo a estas personas y afecta de tal manera a quienes les rodean que se convierten en seres «totalmente improductivos y socialmente disfuncionales».

Los especialistas deben saber diferenciar entre las personas que son 'simplemente ordenadas' de las que sufren la compulsión obsesiva por el orden
El paciente con un TOC se diferencia mucho del sujeto normal muy amante del orden por el gran malestar y sufrimiento con que el primero vive su obsesión, la pérdida de tiempo que le producen sus síntomas y la interferencia con sus actividades, que llegan a ser totalmente improductivas en los casos graves. García-Camba afirma que estas circunstancias les convierten en individuos «poco rentables».
Cuando se habla de obsesión por el orden los especialistas se refieren a los pacientes que pueden sentir una angustiosa necesidad de ordenar los objetos de su lugar de trabajo, de su vivienda de acuerdo con una rígida disposición milimétrica, por colores y tamaño, o según un patrón totalmente arbitrario. Y el simple hecho de que les cambien de sitio una lámpara, una silla, o cualquier otro objeto, puede provocar que se angustien en extremo; incluso pueden adquirir el hábito de vestirse o asearse siempre en un determinado orden, volviendo a empezar desde el principio si se salta algún paso. Estas conductas se denominan compulsiones. Generalmente, están precedidas por pensamientos obsesivos de tipo mágico. Por ejemplo, «si no me visto en este orden ocurrirá una desgracia». Estos pensamientos generan una gran ansiedad, que se reduce con la conducta compulsiva de orden.

Entorno familiar
Quienes padecen este particular desorden compulsivo, que obliga a disponer los objetos por pares, tamaños y colores para poder sentirse a gusto en un entorno privado, confiesan vivir una faceta muy desagradable y que afecta a la convivencia del resto de la familia. Este es un aspecto que resaltan muchos especialistas. Un paciente obsesivo puede contaminar excesivamente su ambiente por la necesidad de aplicar a su entorno sus propias exigencias compulsivas con la consiguiente afectación de las personas que le rodean, las cuales se convierten en víctimas de una situación en la que todo necesita hacerse de acuerdo con las normas del paciente.
«Estos comportamientos pueden asociarse con obsesiones que son ideas o pensamientos no deseados, de carácter persistente, de los que el individuo es incapaz de liberarse y que le producen gran malestar y sufrimiento. También pueden aparecer compulsiones en forma de comportamientos que el paciente reconoce que no tienen sentido, pero que se siente obligado a repetir, ya que si se resiste a ello aumenta de manera importante su ansiedad. Estos comportamientos compulsivos giran en torno al orden, la limpieza, lavarse repetidamente las manos, confirmar repetidas veces que se ha cerrado la puerta con llave o incluso «contar 20 veces una misma cosa», especifica García- Camba.
El desorden obsesivo-compulsivo es el cuarto trastorno mental más frecuente, sólo superado por las fobias, el abuso de alcohol y la depresión
Tal como sucede en el resto del mundo, aproximadamente una de cada 50 personas en España es afectada por un tipo de Trastorno Obsesivo Compulsivo, entre las que se clasifica la manía patológica por el orden. El trastorno obsesivo compulsivo es mucho más frecuente de lo que se creía en la década de los 50. Los estudios actuales observan que el 2,5% de la población general lo sufrirá en algún momento de su vida. Es el cuarto trastorno mental más frecuente, sólo superado por las fobias, el abuso de alcohol y la depresión. Sin embargo «muchos pacientes jamás consultan al psiquiatra y otros tardan años en hacerlo», indica Catalina Zamora.
Los pacientes con este tipo de trastorno no suelen ser violentos, aunque el mal humor pueda ser frecuente en ellos. Existen investigaciones realizadas por médicos norteamericanos que revelan un vínculo entre la drogadicción y el Trastorno Obsesivo Compulsivo. No hay datos sobre qué porcentaje de personas afectadas consulta con el médico. «Indudablemente, en la medida en que se van superando los prejuicios sociales frente a los trastornos mentales, los individuos consultan con mayor frecuencia y las estadísticas se van acercando más a las cifras reales de afectados entre la población general», señala García-Camba, responsable del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Princesa.
Tatiana Scarraga.



martes, 4 de agosto de 2009

LAS CRISIS, LOS DILEMAS, LOS PROBLEMAS...



Algunas propuestas de tomar positivamente la vida, salir airosos de problemas, estánplanteadas equívocamente con tomar actitudes de resolución inmediata, eficaces, ya, pasar rápidamente a la acción asertiva, que con un espíritu de triunfo se resuelven.



Saber donde se está parado en cada problema o situación a resolver requiere de la reflexión personal sobre esa realidad y en la escucha de otras opiniones poder discernir sobre todo lo que implica la cuestión.El apuro y la escucha pasiva de alternativas de resolución traba la posibilidad de unposicionamiento propio, con lo cual se coarta la posibilidad de una resolución adecuada, ya que resolver situaciones personales en tiempos y formas ajenas no llevan a resolver bien: son posiciones que dan - luego del entusiasmo- decepción, parálisis, y encierro, es decir todo lo contrario. Y el ciclo vuelve a repetirse.Los recursos de parar, pensar, reflexionar, sentir, interactuar activamente son capacidades que todos tenemos, ¡no dejarlos seguir durmiendo. El compartir, coparticipar, escuchar, tomar sugerencias y consejos son posiciones fundamentales y adultas, y muy diferentes al acatamiento servil, aunque esta tengaapariencia de “pero vos hacés lo que queres”.No todo lo que se quiere se puede, no todas las crisis, dilemas y problemas sepueden resolver positivamente, no todo conlleva una oportunidad para estar mejor,cantidad de cuestiones de estas tienen un fundamental peso o carga de factoresnegativos y destructivos.Situaciones como éstas, lejos de ser elegidas o buscadas, son situaciones de vida que llegan de realidades físicas, ambientales y especialmente sociales.Conocerlas y saber cómo enfrentarlas, luchar y muy activamente contra los efectosperjudícales es una cuestión, armar películas inexistentes de ellas es otra.La expectativa de “todo bien – todo ya” trae aparejada una ilusión de omnipotencia propia y la espera de que los demás reaccionen como “deben reaccionar” tiene comoconsecuencia, el posterior decaimiento de la valorización personal y/o el enojo ydesconfianza hacia los demás. Las actividades tendientes a la resolución de algo pueden ser más o menos acertadas, generalmente los primeros intentos no desembocan en el éxito de los objetivos; y hay que ajustar los caminos para llegar a ellos.La tolerancia al fracaso, la predisposición a cambiar o rectificar caminos cuando nofuncionan los elegidos, la creatividad constante no tienen receta, cada persona cuenta con estos recursos, es cuestión de usarloS.

Miriam Alberganti
Psicóloga Social

LA ENVIDIA: UN SENTIMIENTO MUY COMUN

LA ENVIDIA:
UN SENTIMIENTO MUY COMUN.!

La envidia es una emoción experimentada por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La base de la envidia es el afán de poseer y no el deseo de privar de algo al otro, aunque si el objeto en cuestión es el único disponible, la privación del otro es una consecuencia necesaria.


¿Que es la envidia?
Es, sin duda, uno de los problemas emocionales más frecuentes, la envidia suele definirse como la tristeza por el bien ajeno; un sentimiento desagradable que se produce al percibir en otro algo que se desea y que dificulta el desarrollo del que lo sufre y sus relaciones con los demás.Se mezclan emociones de naturaleza contradictoria, como por ejemplo, el deseo de tener lo que otro tiene, la admiración por lo que otro ha conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por considerar injusta la diferencia que se observa o la incertidumbre por no entender a qué se deben las diferencias que producen la envidia. Se produce como consecuencia de dos tendencias que llevan al individuo a desear lo que no tiene y a compararse con los demás.La naturaleza destructiva de la envidia, que permite dife-renciarla de la envidia sana, se refleja en que la primera origina malestar emocional; sentimiento que en lugar de ayudarle a conseguir lo que envidia, se lo dificulta. El envidioso es incapaz de ponerse en el lugar del envidiado, para poder comprender su situación, o de sentir empatía hacia él.

¿Qué significa sentir empatía hacia alguien?
Significa sentir lo que siente el otro. Y es la base de la comprensión y de la solidaridad.La envidia origina una serie de reacciones negativas que pueden hacer que el envidioso se aísle de los demás o tenga serias dificultades para relacionarse adecuadamente con ellos.La envidia se produce casi siempre hacia personas muy cercanas (familiares, amigos, vecinos y frecuentemente entre compañeros de trabajo y/o profesión). Entre los valores más envidiados suelen encontrarse el prestigio, el reconocimiento, el estatus ocupacional, el dinero, el poder o los símbolos y las posesiones materiales.Para que en lugar de producirse envidia surja admiración, es necesario que las cualidades que se observan en el otro no representen una amenaza para la propia valoración.En los ambientes en los que existe una fuerte tendencia a evaluar el rendimiento de forma individualista y competitiva hay más riesgo de suscitar envidia.Cuando estamos enfermos envidiamos a los que rebosan salud, cuando nuestra pareja hace aguas nos fijamos en las que funcionan como el primer día y cuando padecemos problemas económicos envidiamos los que nadan en la abundancia. Y cuando envejecemos a los jóvenes y cuando estamos tristes a los que llevan la sonrisa...todas estas reacciones son fruto de la envidia.El bienestar emocional consiste en el equilibrio al que conduce conocer y asumir con serenidad y buen humor lo que somos (y tenemos) y lo que aspiramos a ser (y tener). La envidia más perniciosa es la que sentimos del hermano, del amigo, del compañero de estudios o de trabajo, y del vecino de al lado. Y ello porque sabemos que quien tenemos cerca no es forzosamente más listo ni mejor profesional que nosotros, simplemente ha aprovechado mejor sus oportunidades. No se trata de ser conformistas sino de ser consecuentes y elaborar una valoración global sobre lo que somos y lo que aspiramos a ser.Y todo ello no se debe hacer sobre la base de comparaciones con los/as demás, sino partiendo de nuestras propias percepciones, sentimientos y perspectivas de futuro.

Decálogo para prevenir la envidia:

1- Estimular la empatía, la capacidad de ponernos en lugar del otro.
2- Favorecer la confianza en uno mismo y en los demás, desarrollando expectativas y modelos positivos sobre las relaciones sociales.
3- Establecer en la infancia relaciones correctas y equilibradas con los demás niños.
4- Relativizar las diferencias sociales y adquirir habilidades para elegir adecuadamente con quién, cómo y cuándo compararse.
5- Valorar correctamentenuestra capacidad, sin infravalorarnos ni sobrevalorarnos (a veces esto es también un problema psicológico si persiste en el tiempo).
6- Colaborar (tanto dar a los demás como solicitar ayuda), es un buen medio para dotarnos de la pericia que requiere resolver los conflictos que causan envidia.
7- Acostumbrarse a centrar la atención en los aspectos más positivos de la realidad, no siempre en los negativos.
8- Relativizar el éxito propio, no magnificarlo. Y, si es posible, tomarlo incluso un poco en broma.
9- Interpretar nuestro progreso personal mediante la comparación con nuestras competencias y habilidades, no con las de otros.
10- Mejorar la relación con los demás

RECUERDA QUE :
LA ENVIDIA ES LA MAS GRANDE MANIFESTACION DE ADMIRACION!!!!



Por Miriam Alberganti
Psicologa Social

lunes, 3 de agosto de 2009

EL ARTE DE ENOJARSE

Me rebasó velozmente un auto y al voltear alcancé a ver al conductor que gesticulaba y manoteaba airadamente mientras le hablaba a un niño sentado junto a él. El pequeño miraba azorado por la ventanilla como no queriendo ver el rostro enrojecido y desfigurado del que parecía ser su papá. El incidente me recordó que común es perder los estribos y descargar nuestra ira con el que tenemos más cerca.
Hace más de dos mil años Aristóteles escribió que cualquiera puede ponerse furioso, eso es fácil, pero estar furioso con la persona correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y en la forma correcta, no es nada fácil.



Encuesta
Es evidente que a lo largo de dos milenios, no hemos avanzado mucho en lo que se refiere al manejo del enojo. Creo que no hay una emoción más arrebatadora y contagiosa que la ira. Tanto a nivel personal como social, seguimos sufriendo las consecuencias de asaltos emocionales ante los cuales, simplemente la razón queda aplastada e inutilizada.
¿Qué hacer pues con esta energía que de repente nos invade y puede transformarnos en monstruos, como aquel personaje conocido como el Hulk que se ponía verde, se hinchaba hasta reventar la ropa y su rostro adquiría la expresión de una fiera? Porque tampoco es sano reprimir toda esta energía. A propósito, ya la están dando en el cine.
Si eres de las personas que cuando se enojan se callan y se tragan el coraje, estás desahogando en tu propio cuerpo lo que no puedes expresar a otros. Sucede que al contener esa energía y embotellarla, podemos quizá engañar a los demás, pero no engañamos a nuestro cuerpo. El sistema nervioso se agita y los músculos se estiran y se ponen tensos. El desgaste interno de la tensión prolongada es destructivo, debilita nuestro sistema inmunológico y nos enfermamos.
Así que reprimir y callar el enojo no es opción porque a la larga el daño puede ser grande y además esa energía va a hacer explosión en algún momento por el más mínimo motivo y quizá en contra de quien menos lo merece.


El único camino es encontrar el equilibrio para poder expresar el enojo sin hacernos daño a nosotros mismos, ni a otros.
Por ejemplo, creo que es especialmente irritante cuando mis hijos adolescentes empiezan a pelear y a dar de gritos. Me doy cuenta de las señales de mi cuerpo que me anuncian el enojo: el corazón se me acelera, la sangre me sube a la cabeza y siento un nudo en el estómago. Me dan ganas de gritar a mi también para callarlos y ese camino lo he andado innumerables veces sin obtener ningún resultado, así es que trato de evitarlo. Si puedo, en ese momento me retiro del lugar y me encierro en donde pueda gritar a solas, o me salgo a caminar un rato a paso rápido mientras la emoción fluye dentro de mi. Pongo atención a mis sensaciones para seguir el recorrido de la energía por mi cuerpo y así evito que mi mente se arranque con pensamientos negativos que sólo alimentan la ira e impiden que fluya de manera natural.
A veces, ya recuperada la calma, necesito hablar con mis hijos y expresarles cómo me siento cuando se agraden entre ellos. Pongo cuidado en no acusarlos por hacerme enojar y que les quede claro que yo soy responsable de mis sentimientos. Otras veces, ya no es necesario para mi comunicar nada y me quedo tranquila. Cada vez que lo logro, compruebo que todas las emociones son sanas, todas tienen un ciclo natural, con un principio y un final y sólo cuando me aferro a ellas, se convierten en dañinas.

La próxima ocasión que te enojes, intenta observar qué ocurre en tu cuerpo, qué sensaciones tienes y qué pasa si las observas y dejas que fluya la energía. Quizá descubras que esto tan sencillo puede ayudarte a manejar mejor tu ira y a evitar los arrebatos violentos que por lo general, no logran resultados positivos.

MIRIAM ALBERGANTI
PSICÓLOGA SOCIAL
.

LA ANSIEDAD POR LA COMIDA

La ansiedad por la comida, en nuestros días y por desgracia, es un problema muy habitual que nos puede llegar a causar muchos y graves desequilibrios. A menudo, la ansiedad por la comida es causada por factores como el estrés o exceso de preocupaciones.

Primero averiguar las causas de la ansiedad por la comida
El naturismo siempre propone, como norma, que hagamos un poco de detectives de nuestro propio caso y que lleguemos al final de la investigación de qué es lo que nos está haciendo comer así.O sea, el tema no está en encontrar algo que nos quite el hambre sino porqué como tanto.


Así esta misma pauta nos valdrá para cualquier otro hábito como el fumar, el alcohol u otro tipo de adicción.Muy a menudo, la ansiedad por la comida es producida por factores como el estrés o el exceso de preocupaciones. En este caso hemos de reflexionar si ese tema tiene solución y si no la tiene, ver que cambio de actitud podemos tomar nosotros.


Nutrición ideal para reducir la ansiedad por la comidaHemos de reducir excitantes como el café, el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán que agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como jugos de frutas, infusiones de plantas relajantes como la Pasiflora, flor de Azahar, Valeriana, Manzanilla, Melisa y sobre todo mucho agua.
Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un poco deshidratados. O sea antes de comer cualquier cosa tomar primero siempre uno o dos vasos de agua.
Hemos de aumentar la frecuencia de las comidas para evitar llegar al punto de alarma roja que es aquel en el qué la ansiedad por la comida es tal que empezamos a comer de forma compulsiva. Así pues, hemos de desayunar, tomar algo a media mañana, almorzar a mediodía, merendar y cenar.
Los alimentos deben de ser preferentemente cocinados ya que los alimentos crudos, como las ensaladas, no son saciantes y al momento ya vuelves a comer. Eso no quiere decir que hemos de suprimir las ensaladas y la fruta de nuestra dieta sino que mientras estemos ansiosos no deben de representar la mayor parte de nuestra comida.Además hay que aliñarlos preferiblemente con aceite ya que las grasas saludables (el aceite de oliva, los frutos secos...) son saciantes.


Cuidado con los bajones de azúcar o glucosa
Las personas que padecen ansiedad por la comida deberían de tomar un poco de proteína en cada comida ya que a menudo lo que hay detrás es una Hipoglucemia y esas subidas y bajadas de azúcar (glucosa) en la sangre son las responsables de los ataques de hambre. Las proteínas las tenemos en el pescado, la carne, el queso, las legumbres, los frutos secos, el Seitan o gluten, el Tofu, los germinados, la levadura de cerveza, el alga espirulina.
Los oligoelementos Zinc junto al Níquel y el Cobalto o el mineral Cromo ayudan a calmar ese hambre voraz ya que equilibran los niveles de glucosa. Consultar con un especialista nuestro caso en particular.Tomar media horita antes de cada comida dos comprimidos de alga Espirulina o de alguna fibra saciante como el Glucomanano también ayuda.


No te olvides de respirarEl ejercicio físico es indispensable en casos de ansiedad por la comida ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad por la comida.
Practicar la respiración o el Yoga también será beneficioso.Hay que tener en cuenta que cuando estamos más nerviosos o angustiados siempre cambia nuestra respiración que se vuelve más superficial y rápida. Hay que tomar consciencia de la respiración y aprender a controlarla. Si respiramos de un modo más pausado y profundo nuestro estado de ansiedad también tiende a desaparecer.Aunque no lo parezca es una de las pautas básicas para el tratamiento de la ansiedad por la comida.


Ansiedad por la comida y necesidad de amor
Cuando alguien se siente feliz dice a menudo que se siente satisfecho, lleno de felicidad. Es evidente que hemos de reflexionar sobre las emociones que tenemos habitualmente y hemos de sanar esos aspectos negativos como los celos, la ira, la envidia o la necesidad de tener más y más.
Al principio del artículo hemos comenzado diciendo que hemos de hacer un poco de detectives de nosotros mismos y es a nivel emocional donde hemos de hacer un análisis más profundo. Normalmente siempre que hay ansiedad por la comida o a cualquier otra cosa (alcohol, drogas, relaciones de pareja destructivas, etc.) siempre hay una gran falta de autoestima. Aprender a querernos un poco más, aceptándonos como somos y valorando nuestras virtudes es un primer paso para amarnos y sentirnos amados.Es el primer paso para sentirnos llenos.


Conclusión sobre la ansiedad por la comidaSintiéndonos satisfechos de nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos por fin satisfechos.
De lo único que hemos de tener siempre hambre es de aprender, de amar, de compartir y de ser más felices.¡No renunciéis nunca a eso amigos y veréis como vuestra ansiedad por la comida desaparece!


En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este articulo tiene una función meramente informativa.

FOBIAS Dime que sientes y te diré que fobia tienes.

Tests psicológicos

Aquí encontrarás tests divertidos,
rápidos y sencillos de personalidad,
de inteligencia y más!
Test de Analizame.com

Solo para rápidos mentales...

Solo para rápidos mentales...
Clic en la imagen

Sitio en construcción permanente

Sitio en construcción permanente